Este proyecto se plantea como objetivo global proporcionar herramientas de manejo y selección genética que permitan mejorar la resiliencia al estrés térmico
Desde finales de abril varias ganaderías de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de Raza Florida (ACRIFLOR) han comenzado a trabajar en un proyecto de investigación en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA).
Este proyecto, titulado Desarrollo y evaluación de estrategias de selección genética para una producción de leche resiliente al estrés térmico en el contexto del cambio climático mediante el uso de nuevos fenotipos y de herramientas genómicas y transciptómicas de última generación, se lleva a cabo en cuatro ganaderías de la Asociación, en las comunidades autónomas de Andalucía y Castilla-La Mancha: tres ganaderías en la provincia de Sevilla (Floridas VR (siglas VR), Hermanos Marín Samoza (siglas HS) y José Manuel Soriano Caro (siglas SC), y la ganadería de Pablo Palacios Zaldívar (siglas PZ) en la provincia de Ciudad Real.
Las altas temperaturas afectan negativamente a la productividad de los animales y pueden cuestionar la sostenibilidad de las explotaciones lecheras en áreas con periodos prolongados de tiempo caluroso. Esta situación se verá previsiblemente agravada en el futuro como consecuencia de los efectos del cambio climático, de intensidad más significativa en la cuenca mediterránea. Este proyecto se plantea como objetivo global proporcionar herramientas de manejo y selección genética que permitan mejorar la resiliencia al estrés térmico a los sectores productores de leche en poblaciones de rumiantes de aptitud lechera (ganado bovino Holstein, caprino de raza Florida y ovino de raza Manchega).
Este objetivo global se conseguirá a través de 1) la obtención de índices meteorológicos que caractericen los cambios en el grado de confort fisiológico en condiciones de producción comerciales y propias de nuestra zona climática y nuestros sistemas de producción, 2) determinación de indicadores productivos, fisiológicos y/o metabólicos que permitan identificar el grado de estrés térmico individual en condiciones comerciales (haciendo uso de la espectrometría del infrarrojo medio, MIR), 3) hacer uso de la tecnología de última generación (genotipado y secuenciación de ADN y ARN) de detección de genes, regiones genómicas y marcadores genéticos para la elaboración de herramientas de selección genética eficiente de animales resilientes a las altas cargas térmicas, sin perjuicio de los niveles productivos, y, 4) caracterizar los condicionantes y consecuencias socio-económicas de la selección para mejorar la tolerancia al estrés térmico.